¿Cómo utilizar el juego en el desarrollo del lenguaje en niños con dificultades en el aprendizaje?

¿Cómo utilizar el juego en el desarrollo del lenguaje en niños con dificultades en el aprendizaje?

El juego es una necesidad innata y natural que nos acompaña en todas las etapas de la vida y, de una manera muy especial, en la infancia, ya que forma parte del desarrollo integral de los niños, especialmente con niños que presentan dificultades para el aprendizaje del lenguaje.

A través del juego estimulamos acciones, reflexiones y formas de expresión tanto verbales como no verbales. El día a día nos brinda muchas oportunidades y herramientas para que las familias se conviertan en modelos para sus hijos. 

Por eso, hoy os animamos a utilizar el juego como estrategia para fomentar el desarrollo de la Comunicación y el Lenguaje en vuestros hijos.

Antes de hablar de las diferentes fases del juego y de las oportunidades que cada una de ellas nos brinda para favorecer el desarrollo del lenguaje, vamos a partir de una serie de aspectos: 

  1. Cada niño es único, no solo podemos tener en cuenta su edad cronológica a la hora de proponerle un juego, sino que también valoraremos sus gustos e intereses. 
  2. Aunque el niño no colabore activamente en el juego, el hecho de compartir una actividad contigo es ya un estímulo para él, que puede favorecer el desarrollo del lenguaje.
  3. Cuida prerrequisitos del lenguaje como el contacto ocular, ponerte a su altura, establecer turnos de comunicación…
  4. Adapta el juego siempre que sea necesario de forma que todos podáis participar.
  5. Cuanto más momentos de juego compartáis, mejor.

Las 3 fases del Juego 

  1. Fase experimental. En ella el niño busca sensaciones favorables, y tiende a repetir las actividades que le llevan a ellas. Podemos aprovechar estas repeticiones para acompañarlas de onomatopeyas, asociar sonidos a animales, ruidos a tipos de juguetes. Por ejemplo, la vaca hace MUUUU, el coche suena brumm brummm. 
  2. La segunda fase es la simbólica o de imitación. En ella, el niño se expone a diferentes situaciones,  lo que favorece la comprensión del entorno. Podemos utilizar situaciones del día a día para ofrecer modelos a nuestros hijos (dar de comer, cuidar, arreglar), y mientras lo hacemos acompañar las acciones de un pequeño diálogo. 
  3. Fase de Juego Reglado. En esta fase, el juego está sometido a unas reglas que posibilitan el desarrollo de habilidades sociales como la espera, el trabajo en equipo, la resolución de dificultades. Las reglas no tienen porque ser muy elaboradas. Tirar un dado y buscar al animal que nos ha salido puede ser un ejemplo de juego reglado sencillo.

Desde Alere, os animamos a compartir tiempo de juego con vuestros hijos e hijas. Es una forma divertida de crear nuevos vínculos y favorecer la comunicación. 

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