El juego como motivador de aprendizaje

El juego como motivador de aprendizaje

En los primeros días del año, somos muchos los que escribimos una lista de propósitos que realizar en los doce meses que tenemos por delante; el cambio de año ejerce en muchos ese deseo de cambio, de mejora, nos motiva para alcanzar lo que en otras ocasiones nos cuesta conseguir. 

La motivación, como fuerza que nos impulsa y nos ayuda a mejorar, es fundamental y en Alere la tenemos muy presente. Una herramienta motivacional que tenemos  muy presente en nuestra metodología es el juego, utilizándola en nuestras intervenciones en coordinación siempre con nuestras familias. 

Por ejemplo, cuando trabajamos aspectos como el desarrollo motor o el control postural, integrar el juego nos permite hacer la sesión más dinámica, evitando que esta se traduzca en simples repeticiones de un ejercicio. 

Al incorporar el juego, además, posibilitamos que la familia del niño o la niña pueda poner en práctica este ejercicio o terapia más allá del trabajo que se realiza en la sesión programada, con lo que se ganan horas de trabajo que, finalmente, repercuten en el beneficio del menor. 

Aspectos fundamentales para motivar a tus hijos en casa

Si queremos trabajar la motivación, un paso previo fundamental es conseguir su confianza; lograr que crean en nosotros.  Para ello, nosotros tenemos que ser los primeros en creer en ellos, en ver y mostrarles sus fortalezas, sus capacidades, su saber hacer. Si nosotros realmente creemos que pueden hacerlo, conseguiremos transmitirles esta confianza para que ellos también lo crean. 

Un aspecto fundamental para poner en marcha cualquier sistema motivacional es conectar con los intereses del alumno y adecuar los reforzadores a estos intereses. 

Para ello es muy importante que haya una colaboración mano a mano con las familias, ya que ellos, mejor que nadie, saben cuáles son los intereses de nuestros niños y niñas y, eso nos ayuda a que los resultados sean lo más favorables posibles. 

3 claves para motivar a los niños con discapacidad intelectual

En definitiva, la motivación está presente en cada día de nuestra vida, y cuando la utilizamos en casa debemos tener en cuenta tres aspectos fundamentales: 

1.- Transmitir confianza al alumno para que él o ella se sienta capaz de lograr la pequeña meta a conseguir.

2.- Conectar con los propios intereses, trabajando de forma individualizada con cada estudiante con el fin de que el refuerzo sea lo más adecuado posible a cada uno de ellos. 

3.- No penalizar. Los sistemas motivacionales deben reconocer el esfuerzo y el trabajo realizado, acompañando al menor para que poco a poco consiga sus logros sin que el sistema motivacional esté presente. 

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